Sandra Melgarejo. Madrid
El público de la XVII Reunión Anual de la Sociedad Española de Enfermería Neurológica (Sedene) concedió el Premio al mejor póster al trabajo ‘Dieta cetogénica en niños con epilepsia fármacorresistente’, de Mireia Llop, Gema Aznar, Michaela Linder-Lucht y Rodrigo Rocamora, de la Unidad de Epilepsia del Servicio de Neurología del Hospital del Mar de Barcelona.
Mireia Llop.
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Esta unidad se inauguró en 2009 y, como novedad, se decidió implantar un protocolo para el tratamiento con dieta citogénica en niños con epilepsia farmacorresistente. “Varios estudios revelan que esta dieta disminuye las crisis y, tras la revisión de la base de datos, se estima que tres niños al año podrán beneficiarse de esta opción terapéutica”, indica la enfermera Mireia Llop. La implantación de este protocolo implica a un equipo multidisciplinar formado por neurólogos, neuropediatras, enfermeras, dietistas y farmacéuticos.
Como explica Llop, la dieta cetogénica consiste en llevar al organismo a una situación en la que el nutriente principal del cerebro sean los cuerpos cetónicos en lugar de la glucosa, lo que provoca cambios en el metabolismo energético cerebral. A través del uso de cuerpos cetónicos como nutriente cerebral se aumenta la reserva energética, observándose una disminución de crisis. Está indicada en niños menores de 10 años con buen apoyo familiar en los cuales han fallado múltiples fármacos antiepilépticos o en los que los efectos adversos son importantes.
El niño ha de empezar este tratamiento no farmacológico con ayuno de 24 horas e ingresado en el hospital. Después, se inicia la dieta y se instruye a los padres para su correcto cumplimiento. “Hay que recalcar que no hay que romper súbitamente la dieta porque puede acarrear complicaciones”, advierte Llop.
La llegada de los fármacos antiepilépticos condujo al abandono de este método, pero “los estudios realizados favorecen su uso y hay datos que muestran que a los tres meses ya desaparecen las crisis en un alto porcentaje”, comenta la enfermera. No obstante, faltan estudios aleatorizados controlados, dado que se conocen los efectos secundarios de la dieta a corto plazo (hipoglicemias, vómitos, rampas abdominales, osteoporosis, falla de crecimiento, etc.), pero no se sabe cómo repercute a largo plazo.
El equipo multidisciplinar que trabaja en la Unidad de Ictus del Hospital del Mar confía en poner en marcha el protocolo próximamente y presentar resultados propios sobre la eficacia de la dieta cetogénica en niños con epilepsia refractaria.
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